jueves, 1 de diciembre de 2011

Nuevo Videoclip de Hombres G junto a Miguel Bosé. Lo Noto.


Lo noto, se que nos pasa algo,
aunque selles tus labios
el mal rollito entre los dos lo noto.
Tu siempre estas cansada y nunca dices nada
pero se que no estoy loco... y lo noto.
Me esta matando poco a poco... y lo noto.

Lo noto me lo dicen tus ojos
y esos besos tan flojos
que dejan un sabor amargo y roto.
aunque tu me lo niegues no queda mas que nieve
donde hubo calor y yo lo noto
puedo ser un cabron pero no un tonto y lo noto.

Noto que mi corazon no se, no va
que las miradas se caen y que muere el mar
tu y yo tenemos que hablar
porque se va acabando el aire entre nosotros...
y lo noto

Lo noto, noto que me esquivas que evitas mis caricias
que pones mala cara si te toco
y yo que estoy perdido no puedo hablar contigo
y cada dia me siento mas solo.
me voy hundiendo poco a poco.
todo se va a la mierda entre nosotros... y lo noto

Noto que mi corazon no se, no va
que las miradas se caen y que muere el mar
tu y yo tenemos que hablar
porque ya se va acabando el aire entre nosotros...
y lo noto

Video Lo noto

miércoles, 16 de noviembre de 2011

¿De qué están hechas las niñas flamencas?


Visitando la página de Charhadas, la cual os recomendiendo visitar, he descubierto la próxima adquisición para las navidades y que estoy deseando descubrir junto con mi pequeña.

Se trata de un libro para niñas a las que les encanta bailar, en especial para aquellas que son apasionadas del flamenco, de los tacones y de las castañuelas.

Es un libro POP-UP (tridimensional) lleno de lunares, espejos, peinetas, abanicos y demás objetos que tanto llamar la atención a pequeñas bailarinas.

Él mismo, está recomendado para niñas a partir de tres años, y si en algún momento podéis pensar en niñas y no en niños es porque las protagonistas del libro, son pequeñas dos niñas flamencas: Rosario la Cataora y Lola Lunares.

Lo curioso, es que las pequeñas no sólo podrás escuchar y leer las historietas de estas protagonistas, sino que podrán activar las lengüetas, ruedas, pestañas y otros elementos que las sorprenderan. Además, incluye un tablao, sí un tablao flamenco y dos muñecas de cartos para poner acción a estas encantadoras bailaoras.



lunes, 31 de octubre de 2011

Mi primera tarta con fondant.

Os adjunto las fotos de mi primera experiencia con el fondat.
La verdad es que estaba muy rica de sabor y de presencia, aunque mejorable, creo que para ser la primera, no le puedo pedir más.




miércoles, 31 de agosto de 2011

Mi pequeña princesa.

Hoy es un día muy especial para mi. Hace exactamente cuatro años, nacía mi pequeña princesa Marta.
No se sí es normal lo que siento, pero siento nostalgia por volver a vivir esos días en los que mi niña estaba en su cuna, comenzaba a hablar, andar....

Cómo has crecido tanto en tan poco tiempo? Tu cara está dejando de ser la de  ese bebé precioso rosado al que yo acunaba para dar pasó a una dulce princesa a la cual adoro.

Pequeña, mi vida cambio tanto con tu llegada !!! Eres lo más importante de ella y, todo gira en torno a ti.
Perdona, sí en algún momento te he gritado, perdona si no he sabido consolarte cuando llorabas. Siempre he intentado ser una gran madre y se, que aunque has llevado muy mal mi vuelta al trabajo, he intentado siempre hacerlo de la mejor manera que se y, que es con mimos, besos y caricias.

Espero  princesa que hoy tengas un día muy especial, ya que lo he preparado con mucha ilusión y cariño.
Te quiere, mama.

jueves, 2 de junio de 2011

Lo que hacen las madres cuando parece q no hacen nada

es precioso! para dar que pensar

Gracias Esther por hacerme pensar.
 
Hace algo una madre sentada plácidamente con su bebé? ¿Y una madre con sus hijos pequeños en el supermercado? Solo que nos lo cuestionemos refleja muy bien el escaso valor social de la maternidad en un mundo que valora y remunera-apoya lo productivo y no lo reproductivo, lo material y no lo afectivo.

“Lo que hacen las madres. Sobre todo cuando parece que no hacen nada” es un libro que reivindica la maternidad, repasa el contenido de todo ese trabajo maternal invisible a ojos de todos, incluidos a los de las propias madres, y lo revaloriza como pieza indispensable en la sociedad.

Su autora es Naomi Stadlen psicoterapeuta, licenciada en Historia, madre de 3 hijos mayores con más de 12 años de experiencia con el grupo Mother Talking de apoyo a madres de niños pequeños en los que, entre otros temas, también se comparte el sentir de soledad, incomprensión, invisibilidad, dureza…

“Lo que hacen las madres. Sobre todo cuando parece que no hacen nada” no es un libro de consejos de crianza porque Naomi Stadlen defiende el ESTILO ÚNICO que cada madre emprende en la maternidad para relacionarse con su hijo y ofrecerle su amor, pero sí explica conceptos que nos afectan a todos.Ee

Este es un texto del libro extraido de la revista El mundo de tu bebé de febrero 2010 donde podemos leer que ser madre es mucho más que el aplauso del Día de la Madre y que tiene un gran valor los otros 364 días del año…

La mayoría de la gente está de acuerdo en que ser madre es un trabajo muy duro. Pero ¿cuál es exactamente el trabajo de una madre? En esto hay menos acuerdo. La gente parece pensar que cuidar a un bebé no tiene nada que ver con el trabajo que se supone que debe hacer una madre.

Por ejemplo, imagina a una madre que está enjuagando la ropa de su bebé. Sabe que su hijo está dormido pero que puede despertarse en cualquier momento. Efectivamente, unos minutos después el niño empieza a llorar, así que la madre se seca las manos y va rápidamente a cogerlo. Parece que está alterado, así que lo acuna un rato. Luego se pregunta si ha tenido un mal sueño y empieza a cantar una cancioncilla que le gusta y suele animarlo. ¿Cuál de estas actividades es su trabajo?

La mayoría de la gente diría que al enjuagar la ropa está trabajando, mientras que al coger a su bebé tiene que dejar de trabajar. Las madres suelen hablar de una dolorosa sensación de “fracaso” en esos momentos en los que, si prestásemos más atención, nos daríamos cuenta de que están cuidando a sus hijos. Lo contrario también es cierto.

Cuando una madre está ocupada con tareas domésticas concretas y visibles, pero de carácter secundario respecto a sus obligaciones maternales, es muy probable que tanto ella como otras personas digan que está “consiguiendo hacer su trabajo”.

Hoy en día una madre puede sentirse muy sola. La mayoría de la gente no es consciente de lo que hace. Esto no se debe a que la maternidad haya cambiado. Los elementos esenciales de la maternidad parecen ser invariables. Pero el mundo que rodea a una madre está cambiando siempre.

Sin embargo, las madres no pueden retirarse a un vacío social. Ser madre es tanto un papel privado como social. Cada madre construye un puente que conecta a su hijo con la sociedad que todos compartimos. Si es un buen puente, su hijo podrá utilizarlo para acceder al mundo exterior. Ese puente está basado en su relación mutua. Si se puede relacionar bien con su hijo, éste tendrá la oportunidad de convertirse en una persona que se relacionará bien con nosotros. El conjunto de nuestra sociedad depende de cómo se relacione cada madre con su hijo. Ése es su trabajo maternal.

A la mayoría de las madres les preocupa mucho que la gente que las rodea apruebe a sus hijos. La respuesta más despreocupada de otra persona puede afectar a una madre durante todo el día. Pero ¿cómo puede comunicar la gente sus reacciones de una manera responsable si no se da cuenta de lo que hace una madre cuando está cuidando a su hijo? No es que no les importe.

La mayoría de la gente tiene una opinión muy clara sobre cómo hay que educar a los niños. Pero cuando ven a una madre sentada tranquilamente con su bebé, no pueden ver nada concreto. No es la idea que tiene la mayoría de la gente del trabajo de una madre.

Esta falta de comprensión es más evidente si pensamos en un niño un poco mayor. Por ejemplo, podemos observar a una madre con su hijo en un supermercado. La madre está relacionándose con él de varias maneras a la vez. Le está inculcando el comportamiento que considera apropiado para un niño de su edad en un lugar público. También le está demostrando cómo debe comportarse en un supermercado al decirle que no se tiran las cosas de las estanterías y que no se llena la cesta con todo lo que hay a mano, sino que se eligen los productos y se paga por ellos.

Le está demostrando sus valores personales al comprar, por ejemplo calculando precios, o dando prioridad ala rapidez y demostrándole cómo se relaciona con los empleados. No le está enseñando en un sentido estricto, sino compartiendo su mundo con él, y esto es agotador. Todo le cuesta el doble de tiempo, y tiene que desviar su atención continuamente del mundo adulto de las compras al mundo infantil de su pequeño acompañante. Si hay algún malentendido, tendrá que mediar entre estos dos mundos.

Pero ahora llegamos a la falta de comprensión. Si preguntamos a la madre del supermercado qué está haciendo, casi con toda certeza respondería: “la compra”. Si preguntásemos a otros compradores y a los empleados qué creen que está haciendo la madre, la mayor parte diría: “la compra”. Sin embargo, la madre está haciendo dos trabajos, no sólo uno.

El segundo es un trabajo silencioso que se deriva del primero. No tiene un nombre específico. Cuando un niño comienza a ir a la escuela, los profesores hablan de la importancia de la “socialización”. Sin embargo, cuando una madre está socializando a su hijo de forma gradual y haciendo muchas más cosas, no se le tiene en cuenta, porque todo el mundo cree que simplemente está “de compras”.

Si la actividad de la madre se limita a “comprar”, entonces la compañía de su hijo parece un impedimento. La obliga a ir más lenta y le impide hacer las cosas con su eficacia habitual. Pero si reconocemos que todo esto forma parte de su trabajo, podríamos redefinir su tarea como “cuidar y comprar“. Eso daría a su hijo una posición legítima en sus acciones. También explicaría por qué una madre puede estar tan cansada e irritable después de ir de compras. Dos trabajos son más duros que uno.

Y le resulta aún más duro si ignora el segundo y cree que sólo ha realizado el primero. En vez de estar satisfecha por haber combinado dos trabajos razonablemente bien, por lo general acaba enfadada consigo misma por hacer uno aparentemente mal.

Cuando la madre y el hijo llegan a casa, suele haber otros ejemplo de esta falta de comprensión. Al sacar las compras, la madre ve el resultado de sus esfuerzos. Pero al mirar a su hijo, no observa un gran cambio. Ha intentado ser paciente con él, pero parece cansado y enfadado, y es posible que tenga hambre. ¿De qué ha servido todo su esfuerzo maternal?.

Como se lamentaba una madre: “Cuando estás trabajando, sabes qué has hecho durante el día. Has hecho tantas llamadas de teléfono, has escrito tantas cartas y tienes algo para demostrarlo. Pero cuando lo miro después de estar trabajando todo el día pienso: ¿Dónde está la diferencia? ¿Dónde ha ido todo mi esfuerzo maternal?.”

No ha desaparecido, pero es dificil de reconocer. Está ahí, enfrente de ella. Es posible que su hijo esté enfadado; en este caso, puede ser porque lo ha cuidado bien. No está enfadado con ella, sino para ella. La diferencia es crucial, pero fácil de malinterpretar. Un niño enfadado confía en su madre y espera algo de ella. Le pide más que a otras personas porque ella está cerca de él y parece comprenderlo. Normalmente está seguro de que su madre se lo arreglará todo.

“Un bebé que llora mucho puede hacerlo porque tiene una estrecha relación con la madre”, señalaban dos perspicaces investigadores de un hospital de Londres. Pero esto va en contra de una suposición cultural muy extendida según la cual si un bebé llora y un niño se enfada es porque hay una mala relación. Por lo tanto, desgraciadamente, la mayoría de las madres no se toman como un cumplido que sus hijos lloren o se enfaden. El enfado de los niños, que muchas veces puede indicar cuánto confían en sus madres, se suele malinterpretar como una prueba de fracaso maternal.

Los bebés no suelen confirmar que las madres hacen las cosas bien. A una madre la tranquilizaría que su hijo le dijera de vez en cuando: “¡Anímate, mamá! Te estás relacionando muy bien conmigo.” P

jueves, 5 de mayo de 2011

Un Nacimiento, una nueva vida.

Hace pocos días nació mi nuevo sobrino Hugo.

Aprovechando la ilusión qué nos hacia ver su carita y, nuevamente explotando mi vena creativa, decidí en un día gris salir a comprar todo lo necesario para hacerle un regalo muy especial en el que mi hija Marta podría participar también en su realización.

Así qué salimos las dos con mucha ilusión a comprar pequeños detalles de bebé para hacer una fabulosa tarta de pañales.

Este ha sido el resultado.

Bienvenido al mundo Hugo!!!!


sábado, 26 de marzo de 2011

Tarde de lluvia, Tarde de Cupcakes.

Tenia muchas ganas de dedicar una tarde a adentrarme en el maravilloso mundo de los Cupcakes.
Animada por la receta de una compi del trabajo, decidi ir a buscar los incredientes necesarios para dedicarme a hacerlos.

El resultado fue mejor de lo que esperaba y, segun exquisitos paladares, el sabor espectacular. Ahora ya solo queda perfeccionar e innovar.

Os dejo aquí la receta:

- 125gr de matenquilla a temperatura ambiente.
- 125gr de azúcar.
- 2 huevos.
- 125 gr de harina de fuerza. Si es de la marca Hacenda, harina de bizcocho.
- 1 cucharadita de levadural Royal.
- 1 cucharadita de extracto de vainilla o azúcar avainillada.
- 3 cucharadas soperas de leche.


Previamente, calentamos  horno a 180°.

Batimos junto la mantequilla, el azúcar. Después, añadimos los huevos y volvemos a batir. Es recomendable usar la batidora con varillas.

Posteriormente ponemos la harina y la levadura y batimos. Poco a poner ponemos la leche.
Una vez tenemos la masa, llenamos hasta la mitad las cápsulas de papel.

Para evitar que se abran, poner éstas dentro de un molde de silicona o de magdalenas.
Introducir en el horno aproximadamente unos 25 minutos y poner la bandeja a media altura.

Dejar enfriar antes de hacer la cobertura.


Para la cobertura ponemos:

- Media taza de cafe de mantequilla derretida. No calentar en el microondas.
- 1 paquete de queso philadelphia o mascarpone.
- 4 tazas de azúcar glasé.
- Cucharada de extracto de vainilla.
Batir y una vez conseguida la mademas colorearla con colorante alimentario.
Usar manga pastelera para decorar.










martes, 15 de marzo de 2011

Bucarest, una ciudad con encanto!!!

También conocida como el "pequeño París", me ha sorprendido por sus anchas avenidas, su gigantesco "parlamento", su limpieza en las calles y la amabilidad de su gente.

Tras más de cuatro horas de vuelo, llegamos al aeropuerto. El viaje fue algo pesado, pero como íbamos con ansias de llegar se nos hizo realmente corto. Una vez allí, tomamos un bus que nos dejó en la Plaza de Oniri y a diez minutos andando llegamos al hotel residencia Princess donde nos alojamos.

El tiempo fue estupendo y, aunque quedaban restos de la pasada nevada, nos hizo sol y pudimos disfrutar de unos paseos realmente agradables eso sí, en una excelente compañía.

La comida muy tradicional y excesivamente barata y, los postres: espectaculares!!!

¿Volverías a Bucarest? Sin duda. Pero quizás la próxima vez cogería un coche para visitar lugares como Transilvania, Snagov, etc, ya que nos quedamos con las ganas de ver al Empalador.